
TORRE DEL LORO
LEGADO DE LA DEFENSA DEL REINO
La Torre del Loro es una de las once torres almenaras que se conservan en la costa onubense. Fueron mandadas a contruir por el Rey Felipe II (1556-1598) para proteger al reino de las incursiones berberiscas y las invasiones musulmanas. Su ejecución no se llevó a cabo hasta el mandato de Felipe IV (1621 – 1665) debido a los problemas de financiación y la complejidad de su construcción.
Finalizadas en el siglo XVII, concretamente en 1638, tuvieron una finalidad meramente de vigilancia. Su nombre, almenara, procede del árabe referido a una torre donde se enciende un fuego con el fin de alertar de algo. También existen torres similares por la costa de Cádiz.
En concreto, la Torre del Loro es la que peor estado de conservación mantiene, a pesar de ser reconstruída en el siglo XVIII desplazándose 50 metros. El paso del tiempo y la ferocidad de las aguas no han dado tregua y actualmente tan sólo quedan unos restos de muros en los que puede apreciarse el sillar mampuesto.